martes, abril 22, 2008

Me llamo Rojo

Orhan Pamuk, 1998

En la época de decadencia del Imperio Turco (SIglo XVI), una comunidad de ilustradores prepara sus trabajos para adornar un libro sobre el Sultán. Pero surgen rumores de que la ilustración final, guardada en secreto, alberga uno de los mayores pecados jamás cometidos. En estas circunstancias uno de los ilustradores es asesinado. Esta es la excusa para desencadenar una novela que a priori se plantea como policíaca-histórica pero que al final no es ni lo uno ni lo otro, es mucho más.

Es una de esas novelas que contienen un mundo, y no a fuerza del número de páginas (que tampoco son pocas), sino más bien por la intensidad de lo que se narra en ellas. Pamuk consigue crear y recrear un mundo alrededor del tema de la ilustración, un mundo con sus vidas, sus héroes, sus reglas, sus leyendas y sus complicaciones religiosas, políticas, amorosas, un mundo entero que se puede saborear en cada página.

Me ha gustado cómo el autor ha plasmado ese dilema que en el fondo es una de los "motores" del libro: la obediencia a la tradición ilustradora musulmana frente la tentación inevitable de las nuevas tendencias europeas.

Una de las características más impactantes es el punto de vista: cada capítulo nos lo cuenta un personaje (o un objeto inanimado: una dibujo, el color rojo, la muerte) en primera persona, como si estuviese hablando delante de un público. Los personajes no se limitan a narrar sino que también confiesan, nos piden guardar secretos, nos piden favores, pretenden convencernos e incluso nos intentan engañar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Leí este libro hace unos meses y me cautivó sobremanera. Como juega con el lector, la originalidad de los cambios de punto de vista, los colores con los que tiñe la narración en todo momento. Una delicia para nuestra mente y nuestro corazón.

Saludos